Ankhara deja su sello en Sevilla del buen nivel del Power Metal Hispano



ANKHARA / VIKINGORE / CRUMMY (SALA FANATIC, SEVILLA, 9/4/22).

Estupendo cartel metalero el programado por la promotora Oliskull (más que loable y arriesgada iniciativa en la misma jornada en que nos visitaban también Mago de Oz) para la tarde-noche de la víspera del Domingo de Ramos, en el primer día de intenso calor primaveral en Sevilla, cosa que te deja una mijita “flojeras” a un veterano como quien suscribe, máxime si además hubo jaleo la noche anterior y ágape al mediodía de barbacoa, vinillo manzanilla y colegas (que anda uno más quemao ya que “er Tijeritas”).



Si suman todas estas circunstancias comprenderán el motivo por el cual solo pude disfrutar los 10 últimos minutos de actuación de los 30 que tuvieron CRUMMY (la primera referencia que me hace conectar el término heavy metal con el municipio malagueño de Marbella). En tan poquito tiempo la sensación que me quedó más obvia es una mala leche tela de guapa en las guitarras. Tuve el gusto de charlar personalmente (mientras recogían bártulos) con el quinteto, no son músicos jóvenes precisamente, tipos simpáticos. Con la idea de compensar mi torpeza por llegar tarde adjunto foto del grupo y de su set-list.





A pesar de la escasa asistencia de público, un porcentaje relativo del mismo venían ataviados con su camiseta de VIKINGORE, formación local con más de tres lustros de actividad (dos demos y dos álbums) a la que la peña metalera hispalense les guarda mucho respeto, cariño y admiración por la absoluta brutalidad y entrega de sus directos. Death-metal clásico de temática vikinga liderado desde siempre por las voces guturales de Ángel Martínez, perfectamente arropado por la poderosa base rítmica formada por el bajista Gonzalo Gassol (que se lució aportando cantidad de matices con su flipante instrumento de siete cuerdas) y el batera David Rubio, así como por la flamante pareja de nuevos hachas (creo que fueron “fichajes del mercado de invierno” de hace 4 o 5 meses) Antonio Fernández a la rítmica y Michel Freymann a la solista, que cumplieron su misión pero (para mi gusto) sonaron ambas guitarras demasiado sucias y embarulladas hasta el punto que se hacían bola.


Así pues, el metal extremo sangriento y de batalla cocinado en la tierra de María Santísima (je je tiene cojones la cosa) fue calentando el recinto a base de bien: cayeron sus temas más conocidos del primer disco “Wolves in the battlefront” (2013) como “Forgotten by the gods”, “Red fog” o “Justice´s fall” (castigo correspondiente para las cervicales) y enfilaron la recta final del show con tres cañonazos seguidos de su segundo trabajo discográfico “Enraged” (2016), cortes como “Swallowed by the sea” o “Stomped and raped”, dejando para cerrar sus 45 minutos de tralla, a modo de bis la pieza homónima al LP.


Del madrileño barrio de Hortaleza procede ANKHARA, formación creada a finales de los 90 que facturó tres estupendos discos hasta el año 2003 (emblemáticos en la historia del power metal cantado en castellano), se disolvieron en 2004 para reaparecer con éxito en 2013, desde entonces han publicado un par de álbums más que completan su discografía, siendo el último “Premonición” (2021) el que vienen paseando ahora por toda la península.








La banda se mantiene en perfecto estado de revista con un vocalista de prestigio, mandón y de grandes facultades como Pacho Brea, sus dos lugartenientes de siempre a las guitarras -lujazo- Alberto Marín y Cecilio Sánchez-Robles, la batería de Matt de Vallejo (ex de 037/Leo Jiménez) y el experimentado bajista de los Lords of Black (ex XXL y Skizoo) Daniel Criado.


La avalancha de power metal clásico de corte germánico, se inició con la intro que dió paso a “Lentamente” una de las pocas canciones. sorprendentemente solo cayeron tres, de su más reciente trabajo (justo al contrario de aquello que indica su título es una composición rapidísima a toda pastilla que colinda con el speed metal).




Quisieron apostar sobre seguro orientando su actuación hacia un desfile de greatest-hits, conociendo que la peña recuerda las letras y las canta a voz en grito y del tirón soltaron dos ráfagas (“Un paso más” y “Demasiado tarde”) de su recordado álbum debut, hace ya 23 años: “Dueño del tiempo” (muchos de los momentos punteros de sus directos comprobamos que siguen coincidiendo con sus cortes, otros ejemplos son “3:40”, “No mires atrás” y el primer bis “Hasta el fin”). Luego tronó “Sueña” que junto a “Sigo en pie” fueron las dos únicas del cuarto LP “Sinergia” (2018).

Las señas características de este grupo nos estaban golpeando, léase potentes riffs, melodías guitarreras, esos coros, eficaces estribillos, los agudos vocales y la estimulante sensación de que aquello sonaba compacto y con empaque profesional. Del “Ankhara II” (2000) recuperaron tres momentos para deleite del respetable: la extensa “Océanos de lágrimas”, “Jamás” y -tras un solo de batería “orquestado” (en el que los demás aprovecharon para tomar resuello)- “No digas nunca”.



Se nos pasó volando el tiempo -unos 95 minutos- que ANKHARA echó sobre la altísima tarima (detalle que se agradece por la excelente visibilidad desde todos los puntos) de la Sala Fanatic -cuyo personal siempre lidia con la tropa con buen rollo y amabilidad, algo que es de justicia plasmarlo aquí-. Un par de bises muy coreados y el epílogo con una estupenda pieza (que a la postre resultó la única de toda la noche rescatada de su CD más oscuro y progresivo, el tercero: “Sombras del pasado” lanzado en 2003) ideal para terminar un concierto como es “Acordes mágicos”. A la salida muchas caritas de satisfacción y con el puntillo sensitivo de que el bendito espíritu de Helloween y Gamma Ray (de alguna u otra forma) acababa de ser homenajeado.

Fotos Ankhara: Marco Marouco
Texto y fotos: Eduardo “Powerage” Pineda.



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Publicado por Daniby el 15 Apr 2022




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