Entrevista con Jordi Gil



Rockandaluz estuvo recientemente en Madrid compartiendo con Solina sus dos maratónicos días de radio, entrevistas, promoción y conciertos y muy pronto tendréis una extensa crónica con fotos de todo lo que sucedió. Mientras tanto, valga como aperitivo esta jugosa entrevista con su lider, Jordi Gil, realizada en los estudios Sputnick de Sevilla que él dirige. Cortesía de David Facenda (david@espaciodenso.com - www.espaciodenso.com) y realizada por Carolina Cebrino (carolina@cebrino.com - www.neorama.net)


Por Carolina Cebrino (carolina@cebrino.com - www.neorama.net)

Cedida a Rockandaluz por David Facenda (david@espaciodenso.com - www.espaciodenso.com)

Llamamos a la puerta del Sputnik. Y no, no llevamos escafandra ni flotamos en el espacio, nos encontramos muy cerca de la Alameda de Hércules, en Sevilla, y tenemos enfrente a Mr. Jordi Gil, pilar del movimiento indie sevillano de la década de los 90, productor musical, compositor, y miembro de un buen número de proyectos musicales de diferente índole. Tras producir el último LP de Maga, sus compañeros de generación, trabaja en estos momentos en el álbum debut de Neorama, una de las jóvenes promesas del rock pop sevillano.

Sin conocerte previamente, te imagino hace años siendo un pequeño baterista, sentado frente a tu primera batería, con la caja bien pegada para que llegasen a ella tus baquetas... Cuéntanos cómo fueron tus orígenes en la música.

Esto me recuerda al niño de Andy, el cantante de Strange Fruit (una de las antiguas bandas de Jordi). Con tres años se venía al ensayo y se quedaba esperando a que alguien le dejase tocar la batería... ¡él sí que no llegaba a la caja!

Empecé tocando la guitarra en el conservatorio con unos doce años. Mi padre siempre flipaba conmigo de pequeño, decía que me sabía todas las canciones fonéticamente de memoria, aunque fueran en inglés. Toda mi familia somos muy musicales. Mi hermano sabía tocar la guitarra y me enseñó un poco, mi hermana toca el piano.

La batería fue más tarde: a un grupo que tenía mi hermano le faltaba baterista y al mes siguiente de empezar con ellos ya tocamos en el FunClub. En el conservatorio, estudié percusión y guitarra; me quité cuando comencé a tocar en grupos. Los profesores no me motivaban a pesar de que yo tenía muchísimo interés. Aprendí entonces tocando con otra gente, que es en realidad cuando más se aprende.

Qué tipo de música sientes más, qué músicos te han marcado épocas, qué canciones, qué conciertos...

Justo ahora es cuando más tipos de música distintos estoy escuchando. Empecé escuchando Radio Futura y con mi segundo grupo medio en serio hacíamos cosas de Héroes del Silencio, recuerdo cuando tenía catorce años escribiendo letras muy oscuras y pesimistas. Años más tarde, cuando creces un poco y comienzas a tener ciertos problemillas más reales, te vuelves más optimista en las letras de las canciones. También tuve un grupo siniestro, bastante macarra. Después pop, indie... más tarde electrónica. Incluso estuve cantando en Julie Blue, una experiencia que no volveré a repetir (ríe). Ahora escucho de todo. ¿Conciertos? El de Portishead de Hamburgo. Las canciones... va por fases, depende de cómo llegues a cada artista, normalmente alguien te lo pasa y te quedas alucinado una temporada.

Te he visto tocando diferentes instrumentos en distintos proyectos musicales. ¿Con qué instrumento te sientes más cómodo?

Me gustan todos, toco sobre todo la guitarra y la batería, la guitarra por haberla tocado desde pequeño. Cumplen una función tan diferente dentro de un grupo... En el último concierto de Lavadora se te veía muy feliz tocando, nunca había visto un batería tan risueño (ríe) Intento pasármelo bien en los conciertos, estar a gusto en los escenarios salvo que pase algo. Si meto una gamba no pasa nada. Prefiero que hayan ciertos despistes a que la gente esté aburrida.

Intuyo que eres un productor vocacional, ¿qué te lleva a decidirte por la producción musical? ¿Cómo fueron los arranques de Sputnik?

Lo de productor vocacional está clarísimo. Cuando era chico mi hermano se compró un cuatro pistas, y cuando lo descubrí aluciné. Me fascinaba la idea de grabar una cosa y después otra encima. Uno de mis primeros grupos no tenia batería, así que yo era el que grababa la caja de ritmos, sin saber tocar la batería, pero eso de ir probando a mí me parecía muy interesante. Cuando por fin tuve el cuatro pistas en mi casa empecé a grabar: pasaba la voz a través de efectos de guitarra... Mis padres han sufrido lo suyo, pero me han apoyado mucho. Recuerdo que cuando iba a un estudio, como Central, eran los mejores días del año, miraba cada movimiento de la mano del productor. Más tarde otro colega se compró una grabadora digital y con eso ya empecé a hacer cosas mejores. Alquilé un local de ensayo para grabar grupos. Esos probablemente fueron los inicios de Sputnik, aunque fueran cutres, con bafles corrientes, una grabadora de 8 pistas digital y los micros normales Shure 58.... Durante la grabación del disco de Lavadora, cuando decidí dedicarme a esto. Continué grabando grupos y cogí el estudio.

Ahora están viniendo grupos que repiten y estoy contento, como Neorama por ejemplo. La gente aprecia que se le dé una visión desde fuera y personalizada a cada uno. La producción es una cuestión de tener referentes claros y un abanico amplio de grupos. Aprender cómo sacarle sonido a la batería, guitarra, bajo son trámites hasta cierto punto. A partir de ahí comienza lo interesante. Me interesa la parte sónica y también la parte musical: cómo suena la caja y también qué hace la caja. Si hay algo que no me gusta lo digo y si me gusta igualmente, después cada grupo decide. Producir un disco es una relación personal además de musical. Si tienes cierta complicidad y confianza con el grupo mejor, y si no también puede funcionar bien, pero la relación musical mejora si existe esa comodidad.

¿Qué admiras en un productor musical? ¿Algún nombre en concreto?

Creo más en proyectos que en personas. Que el grupo y el productor coincidan en un buen momento suele resultar en trabajos buenos, otra cosa es que funcione mejor o peor en el mercado, pero normalmente siempre hay una propuesta que por lo menos merece la pena ser escuchada. Lo que pasa ahora es que casi todo el mundo hasta cierto punto se autoproduce, un ejemplo es Jazzanova. Ese concepto es muy interesante. Estuve haciendo cosas con José Galiana, y flipo cuando dos productores se van a trabajar juntos. Pero si quieres algún nombre propio es sin duda George Martin, que es el dios de los productores, Geoff Emerick, que siempre estaba a la sombra pero que también era genial, Alan Parsons, Ken Scott, Tony Bisconti... De todos modos como oyentes nunca podemos saber cuál ha sido el porcentaje de mérito que ha tenido un productor en un disco. Si tienes una buena canción y una interpretación maravillosa, mucho tienes que joderla para que el resultado sea malo. También hay que tener en cuenta que en España la labor del productor suele ser también la de ingeniero de sonido.

¿Qué diferencia hay entre la producción española y la extranjera?

Yo creo que no hay ninguna, la experiencia a lo mejor. En el estilo... el mainstream es cada vez más parecido en todos lados, lo cual tampoco es directamente malo. Es verdad que dentro de una misma ciudad hay casi de todos los estilos. Se dice que en NY el sonido es más comprimido, en Los Ángeles más natural, en Reino Unido con más efectos, en Francia con filtros... eso es relativo. La diferencia fundamental es que los niveles de producción son distintos: aquí al producir algo estas pensando en vender en el mejor de los casos 20.000 o 50.000 discos, y el resto de las cosas que venden más de eso casi nunca se hacen en España, o son cosas muy concretas, y demasiado mainstream.





¿De qué trabajos te sientes más orgulloso como productor?

El de Solina a mí me gusta bastante. El de Maga también, es un disco difícil porque sus canciones no son las más fáciles que ha escrito Miguel en su vida. Las cosas de Lavadora en general... el de Astronautas. Con ProyectoEle nuestra idea era establecer un acercamiento de productor a la música culta. Me parece interesante por la provocación, pero el próximo queremos hacerlo más provocador.

Lavadora, Solina, ProyectoEle...¿Cómo se lleva trabajar en tantos proyectos musicales además de pilotar el Sputnik?

Depende, últimamente ando más liado con ProyectoEle. Solina está grabando ahora el disco, y Lavadora vamos a grabar algo en Navidad. Claramente no puedes hacer tres discos si estás trabajando en otros, pero sí se pueden avanzar cosas. Con Solina si llego un rato antes al estudio pruebo algo en una canción, la dejo ahí y no la abro hasta el mes siguiente.

Pero además de los tuyos, tienes que estar concentrado en la producción de otros proyectos, ¿no?.

Sí, pero la parte de creatividad a veces está más limitada porque tienes que dedicarte a la parte técnica. En el caso de Neorama, si estamos grabando voces sí tienes que estar al tanto de qué cosas te gustan más o menos porque al cantante no debes marearlo mucho. No siempre es tan agotador de todas formas. Sobre todo si te gusta lo que haces. Está claro.

Supongo que te habrán influido los conocimientos de producción en esos proyectos...

En Lavadora, Solina y ProyectoEle por supuesto. Solina y Lavadora tienen mentalidad de estudio, como la mentalidad de los Beatles en el Sgt. Pepper, ellos no hicieron cosas que pudieran tocar después.

Perdona la pregunta tópica, pero ¿se puede vivir de la música underground?

La respuesta corta es “no” y la larga “a lo mejón” (ríe). En España no hay una infraestructura desarrollada que permita que se genere más dinero con la música, y no me refiero a la piratería que es un cuento de las distribuidoras. Me refiero a conciertos, y en general emisoras de radio... El rollo underground no significa lo mismo en Londres que en Sevilla. Que no se vendan 15.000 copias en España no es porque haya piratería, antes tampoco se vendía esa cantidad. En Solina regalamos nuestras canciones y no creo que la gente deje de comprar el disco. Falta esa infraestructura y no hay una demanda de música importante.

Hay mucha gente currando alrededor de un grupo, son trabajos que existen y que pueden dar de comer a la gente. Un ejemplo es Rafa López, con Green Ufos, una distribuidora underground, y vive de eso. El tipo de personas como Rafa es la que hace falta que para que la industria no se quede en manos de Warner y SonyMusic.

¿Y qué hace falta para que un grupo llegue a tener un sitio en las cabecitas de todos? ¿Tendremos que rendirnos a las estrategias de marketing del mainstream?

Televisión. Para que un grupo tenga fama y a tu madre le suene la canción, hace falta televisión. Que es básicamente dinero. Tener un minuto de televisión supone mucho.

Podemos avistar una nueva generación de grupos en Sevilla (en la escena independiente), ¿es cierto que se intuye más movimiento musical, más conciertos, más información?

Yo creo que no sólo podemos avistarla sino que de hecho la hay. Aunque las corrientes y los estilos están hechos por los periodistas, el hecho de que haya un grupo como Maga, que ha empezado a tener éxito de verdad, éxito del que se vive, parece que le da cierta ilusión y esperanza a los demás grupos. Ya pasó en Sevilla durante los 90 en el Colectivo Karma, en el rollo indie, porque al haber un sello en Sevilla la gente parecía que tenía una aspiración más o menos directa. En este caso están pasando varias cosas: el movimiento de cine (con grupos como Lavadora) y el movimiento artístico no sólo musical (fotografía, audiovisual). Por un lado hay grupos nuevos como Neorama, por otro la gente de las pelis que son mayores que yo, y también estamos la generación a la que yo pertenezco, con Chencho, Maga... ¿crees que ha podido influir internet? Los conciertos e internet son imprescindibles. Para los grupos underground son la única manera de promoción, la única forma que tiene al gente de llegar a tu música cuando no tienes una distribución buena. Casi todos los grupos nuevos tienen eso en la cabeza y lo promueven. Por otra parte, los foros son la nueva comunidad, si vives en un pueblo de Palencia te puedes enterar de cuando tocan los grupos cerca tuya. Por otro lado, el acceso a la música es indispensable, el rollo de decir “hay una banda sonora de una película china” y poder conseguirla a través de internet.




Neorama están actualmente grabando su primer LP estelar bajo tu tutela. ¿Cómo se está desarrollando la grabación?

Se está desarrollando muy bien. Ha sido fácil, las bases se están grabando muy rápido, también Juanma funciona muy bien con claquetas y eso se agradece. Manuel es un monstruo, lo graba todo a la primera. Me ha gustado haber grabado con la guitarra a la vez, porque tener las tres cosas está guay, tener una base de entrada de cómo va a ser el tema ha sido un acierto. De esta forma estábamos todos más concentrados pensando más en la canción, no en la batería como instrumento.

¿Qué personalidad define a Neorama?

Cada uno viene de escuchar una música diferente: Juanma es más leñero, David es más popero en un momento dado. Hay canciones que son más rockeras y sin embargo tienen un riff pop que está guay. Mezclan estilos.

¿Qué tal es su directo?

Realmente no lo sé porque los vi una vez y sin Juanma, y siempre los he visto en el local de ensayo, pero no es lo mismo. Tienen mucha energía y eso es muy positivo.

¿Te gustaría destacar algo en la evolución de este grupo desde “Inicial” (EP) hasta hoy?

Antes tenían guitarras medio metaleras en algunas cosas aunque tampoco era excesivo, se notaba que le gustaban grupos más guitarreros, y ahora eso está menos evidente. Tienen un rollo americano que depende mucho de cómo canta y las melodías que hace Bernardo. En “Inicial” habían cosas que me sonaban que desde cierta perspectiva tenían un rollo Jeff Buckley que ahora está más acentuado, antes era como más tímido. Y sin embargo ahora hay más referencias pop de las que había antes.

Hay un tipo de canción que es bastante suyo. Una melodía con un tiempo ritmoso con peso, que se ve que a ellos les sale muy natural. De todas formas es curioso que en el disco nuevo han intentado despegarse de los mismos patrones, se intuye en canciones como Azul, rojo, gris o en el ritmo shuffle (lo toca en la mesa) en Cuando acabe este día. Creo que han intentado conscientemente hacer otro tipo de canción, y eso es positivo porque incluso si te esfuerzas por hacer algo que no tiene que ver contigo, trabajando con la misma gente, siempre resulta algo más homogéneo de lo que puede parecer al principio. Es de agradecer y encima es bueno para ellos.

Para finalizar, ¿cómo crees que ha influido la inclusión de Juanma, el nuevo batería?

Con Juanma muy bien, es muy preciso tocando. Ellos tienen una cosa buena: que tocan bien todos. Durante los 90 con el indie parecía que estaba de moda tocar mal. La gente se empeñaba en cierto amateurismo militante: ganas de ser amateur y demostrarlo. Yo creo que hizo bastante daño en general, acabó cortando alas en la forma de tocar de la gente. Es algo que los nuevos grupos no sufren. Que quieras progresar con tu instrumento siempre va a ser bueno para ti y para el grupo.

Carolina Cebrino
carolina@cebrino.com

www.neorama.net



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Publicado por seluk el 14 Dec 2004




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