MISFITS + Vietcongs en Razzmatazz 2 (Barcelona)



Domingo 8 de Febrero de 2004
Promotora: R. M. Concert Promotions

Noche especial en Razzmatazz 2. La hermana pequeña del Razz acogía la visita de un nombre mítico dentro del punk. Misfits volvían a la ciudad condal y no era cuestión de perdérselo esta vez. Un público heterogéneo llenó unas ¾ partes del aforo, y se palpaba una sensación de relax, por la sensación de encontrarse entre “amigos”, y a la vez de expectación ante la visita de unos nombres históricos de la escena punk, y por extensión, rockera.


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Crónica realizada por: Jordi de las Heras



Domingo 8 de Febrero de 2004
Promotora: R. M. Concert Promotions

Noche especial en Razzmatazz 2. La hermana pequeña del Razz acogía la visita de un nombre mítico dentro del punk. Misfits volvían a la ciudad condal y no era cuestión de perdérselo esta vez. Un público heterogéneo llenó unas ¾ partes del aforo, y se palpaba una sensación de relax, por la sensación de encontrarse entre “amigos”, y a la vez de expectación ante la visita de unos nombres históricos de la escena punk, y por extensión, rockera.
Los Misfits que nos visitaron el pasado Domingo son un tanto especiales. Como miembro original de la banda tan sólo permanece Jerry Only, haciéndose cargo tanto del bajo como de la parte vocal. A la guitarra, Dez Cadena, componente de la banda de culto Black Flag (donde también militaba Henry Rollins), y a la batería el gran Marky Ramone, hace poco incluído en el Hall of Fame del rock, por cierto. Así que los Misfits de hoy poco tienen que ver con los de antaño, al menos formalmente, porque en cuanto a actitud, esta banda de “all stars” estuvo más que a la altura.

Sobre las 21.45h saltaron al escenario los Vietcongs. Poca cosa que decir. Interpretaron bien algunos temas propios y algunas versiones. Veinticinco minutos donde descargaron de un tirón un puñado de canciones que ayudaron a situar a nuestros oídos a los que se nos venía encima. Mención especial a su cantante. Estático, voz monocorde, del palo “paso de vuestro rollo”. Un tío con carisma, la verdad, aunque si teloneas a los Misfits, o eres Joey Ramone, o con eso no vas a ningún sitio, colega...

A las 22.30h, puntual como un reloj, Jerry Only saluda al público mientras Dez se cuelga la guitarra y Marky se quita la mítica chupa de cuero y se pone tras los tambores. Ya no hay marcha atrás. El PA está a un volumen atronador, y es así como escupe clásicos de los Misfits como Skulls o Halloween, que vuelven loca a la concurrencia, gritando cada estribillo. La gente empieza con el moshing, Jerry sonríe y anuncia Last Caress. La canción popularizada por Metallica hace su efecto y todos cantamos las míticas estrofas. Imposible recoger todo un set-list donde cada canción dura como máximo dos minutos, interpretadas con una fuerza y una convicción acongojantes.

A los 20 minutos de concierto, empiezan a caer versiones de los Ramones, y el público se entrega completamente. Jerry interpreta magníficamente clásicos de la talla de Teenage Lobotomy, The KKK took my baby away o Havanna Affair. Es evidente que con un repertorio así, con Marky a la batería dando una lección de velocidad y precisión, y un Dez efectivo, que incluso nos regaló el Rise Above de Black Flag, es imposible fallar. Era como escuchar un greatest hits del punk rock interpretado por una banda de lujo, así que sólo quedaba dejarse llevar. Intercalan algunos temas de su último álbum “1950”, como This magic moment o Dream lover y vuelven a los clásicos.
Jerry sorprende gratamente con su potente chorro vocal, invita al público a cantar I wanna be sedated y enfila un final de set que incluye Die die my darling y We’re 138, que entusiasma al público.

Tras el breve descanso, Blitzkrieg Bop pone a todo el público a cantar el mítico “Hey ho let’s go”, y tras otra versión de los Ramones, se despiden con una estupenda Runaway.
Miramos el reloj y sólo ha pasado una hora y diez minutos, pero el público está contento y exhausto, y los músicos también. Han interpretado un repertorio tremendamente físico y efectivo de una manera endiablada, y los presentes lo saben y lo agradecen.
Tras el concierto, Jerry vuelve a aparecen en el escenario para firmar las decenas de autógrafos que los fans le piden. Él es una parte de la historia del punk, y da a sus fans un trato exquisito. Me pareció un precioso gesto.

En fin, una muy grata sorpresa la de estos renovados Misfits. Devuelve la fe ver que tres tíos con un buen montón de años encima pueden aún poner patas arriba un escenario a base de entrega, convicción y actitud. En unos tiempos donde lo que nos venden como punk-rock son bromas como Blink 182 o Green Day, sólo nos queda confiar en la resurrección de Rancid, la vuelta de Social Distortion y el repertorio y la admirable actitud de estos Misfits, que aún son capaces de recuerdarnos quiénes inventaron el género.


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Crónica realizada por: Jordi de las Heras



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Publicado por crónicas el 10 Feb 2004




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