Domingo Edjang, alias ‘el chojín’, apareció en la sala ‘Planta Baja’ para realizar una sesión con un hip hop verdadero, algo serio, duro y en ocasiones con matices irónicos que provocaban la sonrisilla.
Domingo Edjang, alias ‘el chojín’, apareció en la sala ‘Planta Baja’ para realizar una sesión con un hip hop verdadero, algo serio, duro y en ocasiones con matices irónicos que provocaban la sonrisilla.
El hip hop es, en palabras del rapero madrileño, una manera de pensar, una forma de vivir y sobretodo, una manera de actuar. “El hip hop está en la cabeza, no en las pintas ni en los esterotipos”.
El show comenzó con las bases de dj pacool que ya empezaba a calentar y despertar el ‘flow’ de los asistentes. Tras casi media hora en solitario de Pacool, aparece en forma de poesía urbana la figura del morenito Chojín. Con éste viene su amigo también Mc, el más morenito aún Meko.
 No pasó ni cinco minutos cuando ya sonaba su popular tema “El jardín de la alegría”, un tema que denuncia la manipulación a la que nos sometemos por una serie de intereses ajenos.
El Chojín, junto con su compañero Meko en el escenario, no pararon de rimar y ‘escupir’ denuncias con sus temas, la mayoría de ellos con bases de fondo, y otros ‘a capella’ con tan sólo la ayuda del micro donde derramar su mensaje.
Canciones como “Simon dice”, “No más” y uno de sus más populares temas, 'Lola' (canción-historia que aboga por las relaciones sexuales siempre con preservativos) trataban temas tan delicados como el trato familiar, el respeto, la inmigración (“¿Por qué se le llama ‘Tercer Mundo’ cuando no existe el segundo?) y la lucha permanente por sobrevivir en un mundo como éste que se presenta lleno de trabas. A destacar una bonita canción cuyo tema era la amistad que, en mi opinión, fue de lo mejorcito que escuchamos aquella noche.
 Los aproximadamente 200 amantes del hip hop presentes en la sala Planta Baja disfrutaron de un estilo serio, de corazón y en ocasiones duro, en el que quizás ‘Chojín’ pecó demasiado de tener el ego un poco exacerbado y, a veces, marcándose demasiado ‘pegotes’ para su persona.
Así es este artista, comprometido con su época, cuidadoso con sus letras, mordaz al micro y capaz de llenar de ‘ruido’ el ambiente de su directo.
La fiesta terminó después de poco más de una hora de hip hop del bueno y media hora añadida que, esta vez tuvo como protagonista a algunos espontáneos de entre el público que se animaron a recitar sus rimas con las bases del incansable Pacool.
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