Territorios 31 Mayo [9 June 2008 10:52 AM]
Puede que el subgénero vulgarmente conocido como “Rumaneo” esté más que muerto desde un punto de vista creativo, pero está claro que mientras quede droga en nuestras carteras la fórmula violines gitanos + ritmos incitadores seguirá resultando infalible en cualquier aglomeración juvenil que se precie. Esta afirmación sin mucha base que acabo de sacarme de la manga quedó patente el pasado sábado 31 de mayo cuando en el Monasterio de la Cartuja los apátridas Balkan Beat Box abrían una nueva noche del festival más complaciente de nuestra ciudad poniendo patas arriba a los asistentes que poco a poco iban accediendo al histórico recinto.

Poco después de que diera comienzo la amenaza balkánika la fusión de dos de las míticas formaciones que acompañaron a nuestro señor Silvio; Luzbel y Los Diplomáticos, nos ofrecían de manera conjunta un fervoroso homenaje a la obra del profeta sevillano.

Una vez arrasado el escenario ICAS por los mercenarios rumanos como si de la casa de cierto ventrílocuo se tratase, otro año más los sorprendentes programadores del festival rescataban a otro yulupuki jamaicano del geriátrico de la ganja. En está ocasión era el afable Max Romeo el que iba a pasear sus dreadlocks canos por la antigua fábrica de cerámica. Simultáneamente en el escenario Cruzcampo unos renacidos Tabletom distribuían jeringuillas de su efectivo rock infectado de flamenco.

Dj Shantel terminó de eclectizar la velada llamando “concubinas” a las incautas que se atrevieron a subirse el escenario a exhibir sus melopeas. Y con él, nos fuimos a otra parte a terminar lo que quedaba y conseguir un poco más. De Orishas supongo que ya se habló las otras veces que nos visitaron y para redundar ya está el telediario, yo no los ví. Del escenario ese donde no se podía beber ni fumar como comprenderéis no tengo nada que contaros.

Curro Morales
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